44-4º

Estilo masía, tamaño “casita”

Esta casa de 120 m2 tenía un algo que la hacía única. Antiguamente había sido una casa de pueblo y años más tarde la dividieron y de una hicieron cuatro. La que reformamos corresponde a la planta inferior y parte de ella se encuentra integrada en la piedra roja típica de Corbera de Llobregat, un pueblo a 30 minutos de Barcelona. Esta peculiaridad obliga a que haya diferentes alturas en la casa, peldaños para cambiar de estancia y piedra vista en algunas de las paredes.

También las vigas de madera en el techo estaban ocultas en su mayoría. Decidimos tirar todos los techos, tratarlas y ahora lucen como nunca. Aportan esa calidez y autenticidad que tanto nos gusta.

Queríamos una entrada más amplia, de modo que tiramos un tabique y lo sustituimos por un arco que separa el ahora despacho, del pasillo de entrada, pero a su vez abre y unifica el espacio.

La librería es lo primero que ves al entrar. La recuperamos y restauramos integrándola con pladur y pintándola de un verde claro que aporta mucha luminosidad, fue un gran ahorro y queda genial.

El escritorio antiguo vestido con un cuadro, hecho por el padre del propietario, lo conservamos tal y como estaba. Lo combinamos con una lámpara de sobremesa de pie de yeso que da un toque muy elegante y presencia. Y la silla, sin reposabrazos para que encajara en el espacio entre cajones, tapizada y actual.

Una bienvenida cálida y original

El color grafito en los armarios da mayor contraste con el suelo porcelánico que el dueño nos pidió mantener en toda la vivienda.

Añadimos una barra que además de ser un espacio extra a la hora de cocinar, es práctica para desayunar y comidas rápidas en el día a día. La complementamos con dos lamparas y dos taburetes estilo industrial, y la guinda, el pie hecho con una viga en H que aporta un toque original y moderno.

Por otro lado quisimos dar una mayor entrada de luz a través de la ventana, la cual antes quedaba un poco arrinconada. De este modo ampliamos el ángulo de apertura con ayuda de un refuerzo para sostener la piedra de la pared, dejándola también a la vista. Añadimos puntos de luz indirecta que aportan calidez y personalidad.

La baldosa del frontal de la encimera en formato cuadrado, de un blanco roto e irregular, aporta un toque rústico y, al igual que el Dekton en blanco, resalta los muebles oscuros.

La cocina

El salón

De una forma poco convencional pero bien resuelta, con un sofá de 3 plazas y un puf adicional.

Un aseo muy pequeño, pero también muy práctico y bonito.

Optamos por unas baldosas irregulares, nos encantaron las aguas que hacen en tonalidades de verde botella, que además contrastan perfectamente con la madera y el lavamanos de piedra. El resultado tiene ese aire rústico-moderno que nos caracteriza.

El cambio de la habitación fue sorprendente,

A veces no se trata de querer cambiarlo todo, sino jugar con lo que tenemos. Un cambio de color, un tirador nuevo, un cambio de cortinillas por tela de saco y ¡magia! ¡Armario recuperado y como nuevo! Mucho más moderno y acorde con el resto de tonalidades del hogar.

Buscamos sencillez con el cabezal de lino. Los textiles, cojines de estilo natural, combinando rayas y ribeteados; una mezcla de texturas junto a la ropa de cama en tonalidades grisáceas.

Detalles en negro como los apliques, tiradores y la serie de mecanismos, marca Bticino, que elegimos para toda la casa, aportan modernidad al conjunto.

El baño principal, con una ducha súper relajante

Pasamos de un rincón abarrotado, lleno de esquinas tratando de ocultar la piedra con baldosas rojas por todas partes y una bañera poco práctica, a esta ducha espaciosa, minimalista y cálida.

Zona exterior con encanto

Una terraza, donde disfrutar de las vistas y cenas de verano.

Elegimos las lámparas naturales y una mesa con muchísima personalidad, rústica y robusta. Las sillas en hierro a las que hicimos los cojines a medida, las vueltas del techo,… en definitiva un espacio del que disfrutar y pasar horas y horas.

Espacios “extra”; una pequeña bodega, un lavadero bien optimizado y una zona de barbacoa

Como os comentábamos, esta propiedad tiene el encanto de una masía, y es que tiene detalles que no se encuentran en pisos de obra nueva.

Uno de estos es una pequeña sala en forma circular con el techo abovedado la cual nos pareció perfecta para aprovecharla como despensa y bodega. Construimos las repisas de obra para aprovechar mejor el espacio y añadimos tiras led alrededor para iluminar de forma indirecta las botellas y el techo original.

En una planta inferior, a la cual accedes por la terraza, disponíamos de un espacio ideal para hacer un lavadero. Tenía el porche que lo mantenía resguardado y era suficientemente grande, pero las paredes eran rebozadas e inclinadas y eso no permitía una buena distribución, parecía mas bien un trastero. Enderezamos las paredes con pladur, construimos una pérgola en la zona que quedaba descubierta y por otro lado hicimos de obra los espacios para la lavadora, fregadero y una zona de barbacoa.

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